¡Hola amigos y amigas! Hoy vengo a contaros una de las miles de aventuras que vivieron don Quijote y Sancho Panza. ¡Allá va!
Todo aquel día, esperando la noche, estuvieron en aquel lugar y mesón don Quijote y Sancho. Llegó al mesón un caminante a caballo, con tres o cuatro criados, uno de los cuales dijo al que parecía el señor:
- Aquí puede vuestra merced, señor don Álvaro Tarfe, pasar hoy la siesta: la posada parece limpia y fresca.
Oyendo esto don Quijote, le dijo a Sancho:
- Mira, Sancho: cuando yo hojeé aquel libro de la segunda parte de mi historia, me parece que de pasada topé allí este nombre de don Álvaro Tarfe.
- Bien podrá ser - respondió Sancho -. Dejémosle apear, que después se lo preguntaremos.
El caballero se apeó y, frontero del aposento de don Quijote, la huéspeda le dio una sala en la planta baja, adornada con otras pintadas sargas, como las que tenía la estancia de don Quijote. Saliéndose el recién venido caballero al portal del mesón, que era espacioso y fresco, por el cual se paseaba don Quijote, le preguntó:
- ¿Adónde camina vuestra merced, señor gentilhombre?
Y don Quijote le respondió:
- A una aldea que está aquí cerca, de donde soy natural. Y vuestra merced, ¿dónde camina?
- Yo, señor - respondió el caballero -, voy a Granada, que es mi patria.
Glosario:
Merced: tratamiento de respeto y cortesía que se usaba antiguamente. Actualmente usamos "usted".
Topé: dio con algo que se encontraba en su camino.
Apear: bajar de un vehículo, en este caso un caballo.
Frontero: en frente
Huéspeda: dueña del mesón
Pintadas sargas: telas pintadas
Soy natural: nací
No hay comentarios:
Publicar un comentario